17 marzo 2021

Las flores de la abuela.

El otro día mientras pasaba por el patio de la casa, me llamaron la atención unas flores que lucían particularmente bonitas. Eran las flores de la abuela.

Mi abue no es la típica ancianita que se la pasa sentada viendo su tele (bueno, si lo hace también) pero suele estar muy activa durante el día. Se levanta temprano y sale a barrer la calle, a ordenar por aquí o por allá. Muchas veces cambia las macetas de lugar, o les cambia la tierra; quita las ramas secas de la palma y, si hay agua en la manguera, aprovecha para darles una buena regada.

Se le ve tranquila mientras riega sus plantas, concentrada en sus propios pensamientos, con su batita y su gorra para cubrirse del sol. En ocasiones se pone a hablar con el perico, o con los gatos; ella siempre ha sabido comunicarse con los animales; y a veces ellos responden a través de ella (o eso nos cuenta).

Esos pensamientos cruzaron mi mente mientras veía sus flores. No sé cómo se llaman, (debo preguntarle) pero de momento estas fotos bastan para mantenerlas vivas en pensamiento y palabras.

Que bonitas son las flores de la abuela…