Desde hace ya algunos meses, la televisión se ha encargado
de saturar la mente del niño con juguetes en grandes variedades, desde figuras
de acción, robots que te ofrecen su amistad, hasta los clásicos juegos de mesa
que no pueden faltar en ninguna infancia. De entre tantas opciones, el niño deberá
escoger la mejor de acuerdo a sus gustos y redactar una carta con la petición lista
para los reyes magos.
Desde hace ya algunos meses, los padres saben que se acerca
el seis de enero, por lo tanto, deberán entrar en esa personalidad secreta de
la que nadie habla, pero que todos saben, tendrán la noble misión de
convertirse en reyes magos. Los padres se encuentran ya algo gastados por las
festividades de navidad y año nuevo, sin
embargo la agenda aun marca una fecha pendiente que ha de cumplirse.
El niño, con inocente sutileza se ha encargado de expresar
constantemente cual ha sido el juguete de su predilección, pues se la pasa
hablando sobre cierto dinosaurio-robot escupe fuego que ya incluye las baterías.
Mientras tanto los padres, como quien no
quiere la cosa, se han ido encargando de corroborar donde pueden conseguir
dicho juguete y en cuanto saldrá el “chistesito”.
Por fin llega la víspera del seis de enero; el niño, con
total seguridad ha elegido cuál será su juguete de este año (El
dinosaurio-robot escupe fuego, con baterías incluidas) y ha redactado una carta
bastante benévola con su persona, después de todo, solo se trata de incluir lo
bien que se ha portado, no hablar de sus múltiples travesuras. Dicha carta ha
sido colocada en el arbolito correspondiente junto a un zapato escolar algo
gastado.
La parte correspondiente al niño ha terminado y solo le queda esperar al dia siguiente para que la magia se vuelva realidad, y el deseo de su carta se convierta en un juguete real. (un dinosaurio-robot escupe fuego, con baterías incluidas)
La parte correspondiente al niño ha terminado y solo le queda esperar al dia siguiente para que la magia se vuelva realidad, y el deseo de su carta se convierta en un juguete real. (un dinosaurio-robot escupe fuego, con baterías incluidas)
Los padres saben que debieron haber comprado dichoso el
dinosaurio-robot escupe fuego con baterías incluidas desde hace ya varios días,
pero sus múltiples actividades (fiestas) no les han permitido cumplir con esa
tarea; además, saben que el niño es muy curioso, y un dinosaurio-robot escupe
fuego con baterías incluidas puede ser fácilmente encontrado escondido en
cualquier rincón de la casa. De modo que la situación se torna tensa, pues los
padres disponen de esa noche para conseguir el tal mencionado juguete.
Una vez que el niño se ha ido a la cama, toca a los padres
cambiar el automóvil por un camello, un caballo y un elefante, para
transportarse mágicamente hasta donde puedan encontrar al dinosaurio-robot
escupe fuego con baterías incluidas y regresar rápidamente a colocarlo debajo
del arbolito, para posteriormente descansar y dormir profundamente hasta el día
siguiente… o al menos esa es la idea.
La realidad resulta menos simple, pues desde que salen de
casa, notan que no son los únicos que han dejado la noble tarea para última
hora. Las calles lucen abarrotadas a pesar de ser mas de las diez de la noche;
han pasado ya por varios centros comerciales y en todos resulta que el
dinosaurio-robot escupe fuego con baterías incluidas se ha agotado. Parece que
se ha convertido en un juguete muy popular últimamente.
Finalmente, después de un par de horas de soportar tráfico y
un bullicio de padres desesperados, logran dar con los últimos ejemplares del
juguete, mismo que costara el equivalente a dos semanas de despensa para el
hogar. Regresaran a casa después de medianoche, donde el niño duerme
inocentemente sin darse cuenta de que la magia a veces requiere un poco de
sacrificio de parte de más personas. Acomodaran el juguete (un dinosaurio-robot
escupe fuego con baterías incluidas) en la posición más conveniente y por fin podrán
ir a descansar. La parte correspondiente a los padres ha concluido, y solo
queda esperar al amanecer para ver como su esfuerzo les brinda una gran satisfacción.
La mañana del seis de enero, el niño se levantara muy
temprano y con mucha emoción, pues sabe que la magia de los reyes magos ha
surgido efecto y debajo de su arbolito espera un juguete muy especial para él;
nada menos y nada más que el famoso dinosaurio-robot que puede escupir fuego, y
además incluye ya las baterías! Por lo que está listo para jugarse.
El niño sale a toda prisa de su habitación y su emoción se
convierte en un grito a todo pulmón.
Los padres se despiertan con aquel grito, pero sin
asustarse, pues saben que lo produce el niño que ha visto su regalo.
Ahora los tres se encuentran reunidos en el arbolito, y
mientras el niño juega feliz con su dinosaurio-robot escupe fuego con baterías incluidas,
el cual le han traído los mismísimos reyes magos, los padres se sienten felices
de haber podido brindarle a su hijo semejante dicha y sobretodo, de haberle
mostrado lo real que puede ser la magia en ocasiones.
