28 noviembre 2013

Una entrada para Uribe



Para escribir sobre algo, es necesario primero tener una IDEA. Posteriormente, esa idea de desarrolla, se organiza para que tenga coherencia y posteriormente se redacta. Una frase puede convertirse en una cuartilla, y una cuartilla se convierte en un libro. De modo que las IDEAS (bien sostenidas) pueden pasar del plano mental, al plano inmortal de la escritura.

Es el cumpleaños del Sensei Uribe y aunque no planteo escribir ningún libro (cuyo título sería algo como: Andrés, este no viene cada mes, pero siempre te acordaras de él) si pretendo hablar de él. Ahora me encuentro sentado frente a la computadora, y el monitor me muestra la tradicional hoja de Word en blanco, han pasado horas y tristemente la inspiración simplemente no llega.

Podría escribirle una felicitación por su cumpleaños, pero, ¿acaso no llega una edad en la que “felicitar” por un cumpleaños deja de ser lo acostumbrado? De modo que debo escribir algo más, quizá sea adecuado hablar sobre su gran capacidad como docente, pero de eso ya hemos hablado antes ¿no? Entonces, ¿Qué queda?

Hago una segunda revisión mental y se me ocurre una idea, ¡hablare de la admiración que le tengo! … pero ¡oh no, de eso ya hablamos también! Y ahora cae sobre mí una pesadez que no puedo controlar, siento que la página se hace larga e interminable y que no hay forma de llenarla.

Repentinamente, la inspiración llega a mi más rápido que un cobrador de Coppel a fin de mes… En ocasiones, no es necesario tocar un tema al hablar sobre una IDEA, basta con expresarla y plasmarla en líneas para que adquiera relevancia. El homenaje que le hago a este gran profesor, va más allá de la adulación o la repetición de un “feliz cumpleaños”; Lo vuelvo parte de mis crónicas, para que quede una constancia de su paso por esta vida, dejo plasmado en este medio, un poco de aquello que nos ha transmitido y heredado.

Bienvenido sea profesor Andrés, a la inmortalidad de los textos.

No hay comentarios.: