No saben la cantidad de veces que
he criticado a mis contactos de redes sociales por poner frases como esa, dando
la “bienvenida” a los meses y deseando que les traigan sorpresas y no se cuanta
cosa más. Un tipo de pensamiento más negativo expresaría que el inicio de un
mes trae pagos de servicios y nada más.
Muchas teorías científicas apuntan
a que el tiempo es un mero constructo social. Hemos inventado el concepto para
poder establecer patrones sociales, organizarnos y mantener un control sobre
nuestras actividades. De ahí surge lo curioso del hecho de pensar que el inicio
de un mes pueda dar paso a un nuevo ritmo de vida o cambio de energía.
Sin embargo, esta entrada no
pretende iniciar un debate físico o filosófico de ninguna manera, sino apuntar
al aparente desuso de ese tipo de frases. ¿Tendrá que ver con los eventos sucedidos
a lo largo del año? ¿Será acaso resultado de la apatía emocional que la cuarentena
provoca en todos nosotros?
La gente ya no pide que el nuevo
mes traiga sorpresas; por el contrario, parece que hartaron de aquello que pedían
con tanto fervor mes con mes. 2020 (volvemos a lo del constructo social) parece
un año que pasará a la historia por sus eventos nada human-friendly.

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